Como seres gregarios que somos, los seres humanos vivimos en sociedad que debe organizarse de manera que los diferentes individuos que forman parte de ella puedan convivir en paz.
Para ello se han construido diferentes normas sociales en forma de leyes, las cuales pretenden otorgarnos un marco de actuación con el que permitir un funcionamiento social más o menos eficaz. Generalmente las leyes pretenden mantener la existencia de una sociedad justa e igualitaria.
Sin embargo, en muchas ocasiones vemos que las leyes no se aplican de igual forma para todos o directamente ignoran los derechos básicos de los ciudadanos. De este modo, podemos percibir que lo legal a veces ignora lo justo. Por ello a veces podemos preguntarnos ¿Son las leyes siempre legítimas? ¿Es posible lo contrario? ¿Qué es legal y qué legítimo? De cara a solventar esta duda, en este artículo puedes encontrar las 8 diferencias entre lo legal y lo legítimo.
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Definiendo lo legal
Entendemos como legal aquello que es refrendado y permitido por ley. Ello implica que un comportamiento legal va a estar permitido y no va a ser sancionado. Lo legal es definido por la Administración, el aparato legislativo del Estado o país, y puede variar enormemente. Lo legal nos concede libertades y derechos, así como también obligaciones y límites.
En general lo legal trata de garantizar la sana convivencia y pretende basarse en la moralidad y en los precedentes, si bien ello no es definitorio. Para que algo sea legal es suficiente con que el poder legislativo decida permitirlo independientemente de su propósito, tratándose de un concepto únicamente jurídico.
Las conductas y situaciones que no cumplan serán consideradas ilegales y por lo tanto sancionadas. Para que algo sea considerado ilegal, debe estar directamente prohibidas por la ley o bien suponer el desacato de la legalidad vigente. Sin embargo, hay que tener en cuenta que si bien el incumplimiento de la ley pueda ser debido a factores que moralmente pueden parecer justos o por aspectos como el desconocimiento o por elementos no controlables, ello no afecta al hecho de que sea considerado no legal.
Sin embargo, existen conductas y situaciones que no son contempladas por la ley, estando en una situación en que ni están prohibidas ni rompen ninguna ley ya existente. Es lo que ocurre con los llamados “agujeros legales”, situaciones que no están contempladas en la ley y que por tanto son alegales. En estos casos se permite la libertad de acción a menos que se produzca un perjuicio a otras personas o a la sociedad en su conjunto.
¿Que supone que algo sea legítimo?
El otro concepto a analizar es el de legitimidad. Si bien una de las acepciones de la palabra implica que el acto legítimo es el que está de acuerdo con la ley, la legitimidad requiere un aspecto que no se limita a la mera legalidad.
Y es que el término legítimo hace referencia a la idea de que hay justicia y razón en la realización de dicho acto. No se trata solo de que algo sea aprobado por la Administración, sino que la ley o norma legítima permite proporcionar a cada sujeto lo que le corresponde. Dicho de otro modo, lo legítimo requiere de que lo que se considere como tal sea moral y ético, siendo un concepto jurídico y moral al mismo tiempo.
La legitimidad no proviene de ninguna institución legislativa, sino de la aceptación y consenso por parte de la comunidad de dicha acción. La legitimidad confiere autoridad y permite que se respete el acto, norma o situación que es considerada como tal. En caso contrario, supone la existencia de un desgaste y una situación en que la sociedad va a tender a rebelarse, produciéndose reactancia y en muchos casos provocando la propuesta de nuevas leyes que cambien la situación legal.
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Las diferencias entre lo legal y lo legítimo
Vistos ambos conceptos, pueden observarse algunas diferencias claras. A continuación las destacamos brevemente.
1. La ética en ambos conceptos
Podemos encontrar grandes diferencias entre legítimo y legal. Una de ellas es la implicación de la ética y la moral en cada uno de los conceptos.
Si bien lo legal tiende a hacerse pensando en conseguir una convivencia sana y justa pueden promulgarse leyes basadas en intereses personales o con propósitos contrarios al bienestar de parte de la población independientemente de cómo sean percibidas, siempre y cuando quien ostenta el poder así lo decida. Lo legítimo, si bien en general proviene de lo legal, va a estar esencialmente vinculado a lo moral y ética, a cómo sea percibido el elemento en cuestión que se está juzgando.
2. Nivel de objetividad/subjetividad.
Este punto está vinculado a la gran mayoría de los otros aspectos citados. Hemos de tener en cuenta que la ley establece un marco para todos los ciudadanos independientemente de sus opiniones al respecto. Sin embargo, cada persona tiene su propia idiosincrasia y sus propias ideas de lo que es o no es válido.
Por ello, lo que para mí es legítimo para otra persona puede suponer una aberración. Que algo sea legítimo o no dependerá pues de la subjetividad de la persona que lo observe, si bien por lo general al hablar de legitimidad se suele hablar del nivel en que algo es considerado por el conjunto de la población.
3. La ley viene del aparato legislativo, la legitimidad de la valoración de la persona
Una de las principales diferencias entre legal y legítimo la podemos encontrar en su procedencia. Mientras que lo legal supone únicamente que se ha llegado a un compromiso institucional que se aplica a la población independientemente de, que algo sea legítimo implica que va a ser considerado como justo por parte de la mayoría.
4. Modificabilidad
Otra de las diferencias que podemos encontrar entre lo legal y lo legítimo es el grado en algo es considerado como tal puede variar o a qué velocidad lo hace.
Las diferentes leyes existentes son creadas, promulgadas, modificadas e incluso suprimidas constantemente, según la ideología gobernante y las situaciones socioculturales e históricas reinantes. Así lo que es legal, ilegal o alegal es claramente modificable, a pesar de que supone un trámite que puede conllevar un período de tiempo más o menos prolongado.
La legitimidad sin embargo, al depender de la valoración moral de la sociedad, es difícilmente cambiable. Si bien es posible cambiar la mentalidad de la comunidad respecto a temas concretos y su consideración moral, dichos cambios suponen un lento proceso de conversión de las actitudes ante aspectos concretos.
5. Relatividad de los hechos
Lo legal y lo legítimo también pueden diferir en cómo se observan unos hechos concretos. Si bien lo legal tiene en cuenta que existen circunstancias atenuantes o agravantes, si una acción concreta es tipificada como delito va a ser considerada ilegal. Sin embargo, aún si bien la acción puede ser ilegal puede ser considerada legítima si existe una razón lógica para su comisión.
6. Generación de reactancia
Si las leyes resultan legítimas para el conjunto de la sociedad, por norma general van a ser bien aceptadas y seguidas. Sin embargo, si una ley o el modo en que es aplicada se percibe como contraria o coarta la libertad personal, será vista como ilegítima. Ello puede provocar que muchas personas presenten reacciones de frustración, rabia y enfado que les conduzcan a contravenir la norma.
Este es un aspecto en que legal y legítimo también se diferencian: si lo legal es considerado injusto va a tender a generar reactancia mientras que lo legítimo no suele hacerlo o al menos no en la misma medida, dado a que es considerado justo.
7. Contexto de aplicación
Otro aspecto a tener en cuenta que diferencia lo legal de lo legítimo es el contexto en el cual se aplica. Cada territorio y cada país posee diferentes leyes dependiendo de las circunstancias socioculturales y el tipo de pensamiento detrás del poder al mando, e incluso de cómo se haya conseguido o mantenido dicho poder. De este modo, lo que es legal en un país puede ser ilegal en otro.
Sin embargo, la legitimidad tiene un contexto de aplicación más expandido. Un hecho puede ser ilegal en un sitio pero legal en los demás, pero puede valorarse si es legítimo o no desde cualquier lugar del mundo.
8. Lo legítimo puede no ser legal, y viceversa
Si bien las leyes suelen crearse con la intención de ser legítimas, y de hecho el hecho de ser leyes las invisten de cierto nivel de legitimidad, su aplicación e incluso el propósito con el que algunas son creadas puede no serlo.
Por ejemplo, en la Alemania nazi era considerado delito ocultar o incluso no denunciar a un vecino judío. Según la legalidad del país lo legal sería contribuir a entregar a dichas personas. Sin embargo, una gran cantidad de personas salvaron la vida gracias a que muchos ciudadanos se opusieron, como hiciera por ejemplo el llamado “Ángel del Gueto de Varsovia”, Irena Sendler. Se trata de un claro ejemplo de cómo lo legítimo puede ser ilegal, así como de que lo legal puede ser ilegítimo.
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